Quisiera que fueses una calle o una esquina
tal vez una mirada
o un atardecer que me trae ciertos recuerdos
Pero no hablo de la realidad ni de lo físico
Te conozco
No sé quién eres
pero te conozco
Sabemos que no podemos mentirnos
Sabemos que lo nuestro no tiene que ver con lo físico
Ni con el sexo
Ni con el vino
Ni con el fuego nocturno que nos protege de nosotros
Quisiera que fueses una sombra
algo que no se pueda romper
algo que me quite estas ansias de ti y de tus ojos
algo que me lleve lejos de tu sombra persecutoria
y del fuego inexplicable a estas alturas
Quisiera saber que no eres tú sino otra
no aquella que me abre una puerta
sino quien desde su ventana y tras los visillos
me observa sabiendo que ya soy suyo
Sin antes saber nada de nada
asumiendo lo que venga a cabalidad
sin antes haber intercambiado una mínima mirada
Quisiera que estés dispuesta a tocar las puertas del infierno
sin pensar
sin reconocer la realidad
menos aun las palabras que nos condenan
abandonando las piras funerarias que iluminan nuestras vidas mínimas
Quisiera que saltaras conmigo al vacío
que respires en mi oído
que te duermas en mi pecho
y ser eternos por un instante
-mínimo pero infinito-
Quema las naves tras nosotros
cierra las puertas y pon candados naranjos a tus huellas distantes
destruye los tactos formales
las voces reales y no metálicas tras los alambres
los prejuicios añejos y nuevos
Quiero que sepas que te esperan mis manos
Que ya soy tuyo de antemano
Que me has vencido
(Inédito)