Tu cintura ausente y deleznable
bajo la luz del atardecer a través de la ventana
en ese sur prístino pero terrible
Tu desvergüenza
Tu avaricia o quizá tu audacia
Tu silueta desnuda en la cama
rodeada de sombras tornádose más clara en blanco y negro
Simple como una raya en el mar
Al atardecer de nuestras pesadillas recurrentes
Cuando estamos solos y desarmados frente a nosotros bajo las sábanas
Cuando estamos y no estamos
Cuando no está tu voz ni tu fantasma con ojos de kriptonita
Cuando estamos y no estamos
insisto...