LA CIUDAD PERDIDA
La ciudad perdida es una habitación de cuatro muros
cuyas ventanas te muestran un sitio que no imaginas
Ingresas por una puerta invisible
y sales por otra que nunca ves
Comprendes en ese instante no ser el mismo que ingresó
por donde entraste
que te encuentras a megakilómetros luz de donde estás ahora
que es un sitio antiguo
otra dimensión
que el tiempo se ha curvado
que el espacio no es lo que creías
que todo aquello cuanto eras quedó atrás
sin dolor
muy lejos de ti
como un sueño de siglos
como un retrato en blanco y negro
como un sueño remoto
que sin embargo permanece intacto en algún sitio que no recuerdas
pero que sabes existe
La ciudad perdida -ahora sabes-
no está fuera ya de ti
sino en ti
que la portas y comportas donde vayas
que en realidad podrías ser tú
Solo
en medio de la nada entiendes
que la vida
esta vida
no lo es todo
que hay algo más allá de ti
que detrás de las cortinas por la tarde
una silueta o algo se mueve
independiente de ti
que no existe la muerte
que nos enseñaron mal las muertes
que las fronteras son sólo ilusiones
informándote que tras ellas
comienzan nuevas cosas
nuevos encuentros
nuevas vidas
nuevos mundos
nuevos amores
nuevas despedidas
nuevas historias
otras ciudades
y también otras muertes
La ciudad perdida
es una vieja escuela
con muchas salas vacías esperando por ti
con los amigos de la infancia
con aquellos que decidieron buscarla antes
con los que se resisten a percibirla y encontrarla
Llegas a ella a través de una puerta que nunca viste
pero sólo puedes salir a través de ti
por alguna de ambas caras del espejo
que al regreso te convence
de ser alguien más que tú
Todos somos la ciudad perdida
solos en medio de una muchedumbre ruidosa
Unicos e impolutos
En medio de seres oscuros y confundidos
ciegos y tropezantes
Tú eres una ciudad perdida
Tú eres tu ciudad perdida
El que ha perdido la puerta de regreso
el que ha querido extraviar por un instante su clave
con el único fin de contemplar el bullir humano
Con el sólo fin de hundirse un poco en la materia
de asomarse al borde del abismo
de sentir el vacío
la náusea
la tentación
el filo atrayente de la navaja vital
Aquella que no te está permitido tocar
sin anularte
La ciudad perdida es una vieja casona en medio del bosque
Eres tú mismo en medio de tu zozobra
tras lo que buscas sin buscar a cada instante
para tus próximos viajes
comprendiendo que sabes más de lo que crees saber
iluminando tu propia oscuridad
Eres lo que extraviaste en aquella oportunidad
bajo un cielo oscuro y lejanísimo
Eres tú y muchas cosas más
Tu ciudad perdida
está hoy aquí
frente al umbral de tu puerta
respira impaciente ante tu duda
y no te comprende
Pero no viene a buscarte
espera que regreses al principio
desde donde vienes
Pero sin saber que la puerta de entrada que dejaste atrás
está en un sitio al no regresarás aún
LA LLEGADA
Los siglos pasaron día por día
ventana tras ventana
Piel sobre piel
nuestros cuerpos se secaron
bajo la fuerza mística de las auroras
entre el cielo y el infierno
Allí la bestia fecundaba
nuestro propio suelo
riendo a carcajadas
sin darnos cuenta
arrastrándose
como un largo lagarto transparente
etéreo
Seminal
Maldito
Allí como una mentira fui muriendo
a los ecos ingrávidos
hasta quedar convertido en una
brizna de polvo ínfimo adosado a a las paredes
Algo entonces se rompió
Una muchedumbre enloquecida
de manos y de ojos tal vez
de mares y de sangre
se derramaron sobre mi
(Del Ciudadano de dos mundos)